Día Mundial del Ambiente

Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Ambiente. Instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, busca concientizar sobre los principales desafíos ecológicos. Este año, el lema elegido es “Sin contaminación por plásticos”, y propone una reflexión urgente sobre estos residuos que inundan océanos, ríos y suelos. Cada año,…

Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Ambiente. Instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, busca concientizar sobre los principales desafíos ecológicos. Este año, el lema elegido es “Sin contaminación por plásticos”, y propone una reflexión urgente sobre estos residuos que inundan océanos, ríos y suelos. Cada año, un país diferente actúa como anfitrión, y en esta edición es el turno de Corea del Sur.

Según la ONU, cada año se generan más de 400 millones de toneladas de plástico, y cerca de la mitad son de un solo uso. Solo el 10% se recicla, mientras que más de 11 millones de toneladas terminan en cuerpos de agua.

Además, los microplásticos, que son partículas menores a cinco milímetros, se volvieron casi omnipresentes. “Invaden los alimentos, el agua e incluso el aire”, afirmó la ONU, que calcula que las personas ingieren más de 50.000 de estos fragmentos por año, sin contar las que se inhalan.

El Mediterráneo es uno de los mares más contaminados por los residuos  humanos

Los problemas ambientales son muchos, pero los más importantes según distintos especialistas son:

1.- Contaminación del aire, el agua y los suelos. El lema de este año hace referencia a los más de 400 millones de toneladas de plástico que se producen a nivel mundial, de las cuales menos de un 10 % se recicla. Especialmente problemáticos son los microplásticos, partículas de diámetro inferior a 5 milímetros, que bebidas, ingeridas e incluso aspiradas, terminan en el interior del cuerpo humano. Pero el plástico es solo uno de los muchos contaminantes.

2.- Deterioro de la biodiversidad. Fauna y flora son esenciales para la supervivencia humana y no solo es importante preservar el lince ibérico, el oso panda u otras especies icónicas: también, el desmán ibérico, el sapo partero y otras menos llamativas. Cada vez que se pierde una especie -la tasa media oscila entre una y dos anualmente- desaparece un ladrillo de la edificación natural: la pérdida de demasiados ladrillos puede hacer que el edificio entero se derrumbe.

3.- Aumento de especies exóticas invasoras. Este problema ha crecido exponencialmente en los últimos años, a medida que la globalización perturbaba el frágil equilibrio ecosistémico. Las especies invasoras erradican o destruyen las locales: un ejemplo es el de los visones americanos, en perjuicio de los visones europeos. Amenazan incluso a la salud humana, como sucede con la proliferación de insectos del tipo mosquito tigre.

4.- Sobreexplotación de los recursos naturales. La codicia de grandes empresas multinacionales y de políticos sin visión de futuro impulsa la destrucción sistemática de entornos naturales: desde la deforestación de espacios amazónicos hasta el agotamiento de bancos pesqueros atlánticos o la contaminación minera que ahora amenaza también a las regiones polares. Esta sobreexplotación no se detiene ni siquiera ante la vida humana: entre 2012 y 2023 fueron asesinados más de 2.000 defensores ambientales; 8 de cada 10, en países iberoamericanos.

5.- Producción excesiva y manejo inadecuado de residuos. La sobreexplotación conduce a un consumo desaforado impulsado por el mercado y un buen ejemplo es el hecho de que cada español compra una media de 34 prendas anualmente, aparte de las que acumulaba en sus armarios. Para intentar resolver los inconvenientes creados por un volumen creciente de residuos nace el concepto de economía circular, que busca convertirlos en nuevos recursos para otros usos.

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