Durante el primer trimestre de 2025, la desocupación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) alcanzó el 7,8% de la Población Económicamente Activa (PEA), lo que representa a unas 132.000 personas sin empleo. Este porcentaje refleja un leve incremento en comparación con el mismo período de 2024, cuando la tasa de desocupación era del 7,5%, según el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires.

De acuerdo con el reporte, las tasas de actividad y empleo permanecieron prácticamente estables en términos interanuales. La tasa de actividad subió ligeramente, pasando del 62,2% al 62,5%, mientras que la tasa de empleo se mantuvo en el 57,6%. Sin embargo, el aumento en la desocupación, aunque moderado, pone de manifiesto las dificultades que enfrentan miles de personas para acceder al mercado laboral en la ciudad.
El informe también destaca una marcada desigualdad de género en el acceso al empleo. La desocupación afecta al 7,1% de los hombres económicamente activos, mientras que entre las mujeres asciende al 8,6%. Esta brecha evidencia las barreras persistentes que enfrentan las mujeres en el mercado laboral porteño, lo que agrava las tensiones en un contexto de empleo ya frágil.

Otro indicador relevante es el aumento de la subocupación, que alcanzó el 8,7%, creciendo 1,2 puntos porcentuales en comparación con el primer trimestre de 2024. Este incremento se debe principalmente al componente no demandante, es decir, personas que trabajan menos de 35 horas semanales y no buscan activamente ampliar su carga laboral. Este fenómeno refleja una precarización en las condiciones laborales, ya que muchas personas no logran acceder a empleos de tiempo completo o con mejores condiciones.
Por fuera de la PEA, el 86,3% de las personas que no buscaron empleo en los últimos 30 días señalaron razones personales como el principal motivo, incluyendo tareas de cuidado, problemas de salud o situaciones familiares. En contraste, solo el 8,2% atribuyó su inactividad a factores directamente relacionados con el mercado laboral, como la falta de experiencia o el desgaste por la búsqueda constante sin resultados.
La calidad del empleo
En cuanto a la calidad del empleo, el informe revela que el 74,5% de la población ocupada es asalariada, un porcentaje que no ha variado respecto al año anterior. Sin embargo, dentro de este grupo, el 25,4% no recibe aportes jubilatorios, lo que pone de manifiesto un alto nivel de informalidad en el mercado laboral. Además, el 7,6% de quienes trabajan en unidades económicas lo hacen bajo condiciones contractuales precarias, como contratos temporales o por tiempo determinado, lo que limita su estabilidad laboral.


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